El 25 de enero, la RPDC lanzó con éxito un misil de crucero agua-tierra desde un submarino, alcanzando un objetivo a 1.500 km de distancia. La prueba fue supervisada por Kim Jong-un, quien destacó el progreso en la capacidad de disuasión militar del país.
La agencia aseguró que la prueba no comprometió la seguridad de los países vecinos.