Estados Unidos y Rusia celebraron ayer en Riad, la capital saudí, su primera reunión en tres años para hablar de Ucrania… pero sin Ucrania y sin la Unión Europea.
Un encuentro destinado también a restablecer las relaciones bilaterales, suprimidas tras la invasión rusa, y con la finalidad de preparar una próxima cita entre los presidentes Donald Trump y Vladímir Putin que todavía no tiene fecha fija.Las delegaciones estuvieron encabezadas por los respectivos ministros de Exteriores, Marco Rubio y Serguéi Lavrov, y, tras más de cuatro horas de reunión, acordaron respetar mutuamente sus intereses y “sentar las bases” de una negociación futura para poner fin a la guerra en Ucrania “lo antes posible”. Para ello han aprobado designar equipos de alto nivel, tras lo cual empezarían las negociaciones como tales, que tendrán lugar, según Marco Rubio, “a puerta cerrada”. Los dos países también acordaron continuar el diálogo para restablecer la operatividad plena de sus respectivas misiones diplomáticas mediante la “pronta designación de embajadores”, según palabras de Lavrov.Para alcanzar un acuerdo sobre Ucrania, Trump parece dispuesto a tomar el camino más rápido, que implica dar a Rusia lo conquistado y reintegrarla de nuevo en el sistema global que capitanea Estados Unidos. Y todo indica que el principal objetivo de Putin no es solo salir de una crisis y restaurar relaciones, sino también reformar el orden de seguridad y colocar a Ucrania bajo la influencia geopolítica rusa, lo que significa nada de tropas extranjeras, ni ejército ucraniano, ni una soberanía plena.
En Riad, ambos países acuerdan normalizar su relación diplomática sin negociar aún sobre Ucrania.
Y de momento al líder ruso le gusta lo que está viendo: una Administración Trump aparentemente dispuesta a dejar que Moscú se quede casi una quinta parte de Ucrania, que no pondrá tropas sobre el terreno y que no aceptará a Kyiv en la OTAN. Según afirmó ayer el Kremlin, Putin está dispuesto a negociar con Zelenski “en caso de necesidad” y, como si se tratara de una concesión, no se opondría al ingreso de Ucrania en la UE. Rusia también podría poner como condición que Zelenski se haga a un lado, alegando ilegitimidad por no haber convocado elecciones presidenciales. Tanto Trump como su enviado especial para Ucrania, Keith Kellogg, han mencionado la opción electoral como un modo de avanzar en el proceso negociador.Rusia también espera que este nuevo acercamiento se traduzca en avances en el campo económico que permitan a ambos países volver a hacer negocios juntos, así como el regreso de las empresas occidentales que abandonaron el mercado ruso y la esperanza de que poco a poco se vayan levantando las sanciones económicas que ahora sufre.Esta ha sido la primera reunión de alto nivel entre ambos países desde enero del 2022, días antes de la invasión rusa, y sin duda es el encuentro más importante desde que comenzó el conflicto bélico, porque sus protagonistas son los que pueden hacer posible acabar con él. Pero la ausencia en Riad de Ucrania y de la UE evidencia claramente la voluntad de EE.UU. y de Rusia de hacerlo ellos solos. Zelenski –que ayer se reunió en Turquía con el presidente Erdogan, quien ofreció su país para albergar futuras negociaciones Rusia-EE.UU.-Ucrania– insiste en que no aceptará solución alguna si su país no está presente en la mesa negociadora.