por: Jaime Antezana
A escasas horas del fin de semana, el Tribunal Constitucional fujimorista declaró fundada el habeas corpus y nula la sentencia (de 3 años y 6 meses de prisión) a Vladimir Cerrón, el más inclito representante del fujicerronismo.
El socio vergonzante que no acepta su abierta entrega y conversión a la ultraderecha y, en particular, al primer y más importante narco-partido del siglo XXI: Fuerza Popular de la señora K. La respuesta fue inmediata. En efecto, a través de su cuenta en X y de manera indirecta, Cerrón le agradeció el regalo de la señora K con estás memorables palabras:»El TC es en estos últimos tiempos la reserva moral de la justicia peruana». Obviamente, un verdadero panegírico al TC fujimorismo. A un anexo del local de Fuerza Popular y el Congreso, cuya mayoría le permite hacer ese regalo a su socio criminal.Es probable que ese «regalo» sea por el destacadísimo papel de su bancada, liderada por su hermano Waldemar Cerrón, en los paquetes legales a favor de sus organizaciones criminales (mal llamados «partidos») y de sus socios en la coalición que maneja el burdel del Congreso.
