Por: Emir Sader
En el diálogo entre Sundance Kid y Butch Cassidy, en la película, uno dice al otro, cuando su situación se vuelve difícil en los Estados Unidos: «¡Vamos a Bolivia!» Reciba la pregunta: «¿Qué es Bolivia?» Y él tiene la respuesta: «¡Es un país estúpido!»
¿Qué país es Bolivia? Después de una visión lejana del país, con las obras del principal intelectual latinoamericano contemporáneo, Álvaro García Linera, podríamos tener una visión inteligible de lo que para nosotros es ese país, que fue privado de su salida al mar por la Guerra del Pacífico.
Escuché a Álvaro en un seminario en México y luego me di cuenta de que era una cabeza brillante y creativa, por su capacidad de comprender el rico proceso histórico que vive su país.
Recuerdo haberle pedido que escribiera el texto sobre Bolivia para la enciclopedia contemporánea de América Latina y el Caribe. Tengo un texto formidable. Le pagaron con algo de dinero, con el que podía comprar su primera computadora.
Sus textos permitieron que surgieran liderazgo como Evo Morales Líder indígena y Cocalero.
Evo descubrió a Álvaro para las tablas de debate políticas redondas en la televisión boliviana y tuvo el mérito de llamarlo para componer la combinación política más virtuosa, entre el líder político más importante del país y un intelectual revolucionario.
Victoriosos, dieron a luz a un gobierno extraordinario que, según la teorización de García Linera, hacia la combinación entre el indio y el marxismo revolucionario, la nueva fuerza hegemónica en Bolivia.
Elegidos y reelegidos, han transformado a un país siempre relegado al continente, en la experiencia más importante del gobierno antineoliberal, democrático y emancipador del continente.
Han sufrido un intento de golpe de estado, superado. Luego eligieron al ministro de economía de sus gobiernos, Luis Arce, como presidente del país.
De repente, Evo habla contra el gobierno, reclamando el derecho a regresar a la presidencia de Bolivia.
Álvaro propone que Arce tiene un segundo mandato, como lo había hecho, y que luego regresa a la presidencia del país.
Evo, sorprendentemente, no aceptó la propuesta.
Comenzó la confrontación entre Evo y Arce, que ha Radicalizado, hasta la guerra fratricida actual entre los dos.
EVO exhibe apoyo popular y que tiene, de su liderazgo original del campesino de Cochabamba. Pero la Constitución le impide ser nuevamente presidente del país, después de tener dos mandatos. Arce usa esa situación para presentarse como el único candidato viable en Bolivia.
Pero la guerra fratricida ha alcanzado niveles impensables, con acusaciones de diferentes tipos. Álvaro ha tratado de lanzar un candidato alternativo, que ha sido rechazado por dos.
El impasse boliviano actual es: la brutal confrontación entre, por un lado, el candidato que tiene un apoyo más popular, pero que legalmente no puede ser elegido (también hay un proceso de asedio contra Evo, de una joven joven, que lo hace refugiarse en Cochabamba como para no ser logrado por la justicia), por otro lado, que puede ser reelegido, pero con el riesgo grave contra él.
En medio de todo esto, la derecha, derrotada repetidamente, encuentra la posibilidad de, eventualmente, frente a la confrontación entre las dos fuerzas de la izquierda, regresa al gobierno.
Álvaro cree que esta es una posibilidad real, pero que también existe la posibilidad de que surja algún candidato de izquierdista alternativo como solución.
El futuro inmediato en Bolivia es, por lo tanto, una pregunta, frente al impasse de la confrontación central entre el presidente y el ex presidente. Pero de repente Bolivia nos sorprende positivamente.
Recuerdo las largas conversaciones con Álvaro, en la Ciudad de México y en Buenos Aires, entre la librería y la librería. Me ha privilegiado con una larga conversación, esta vez Telefónica. Hago mi amistad con Álvaro, de las personas más extraordinarias que tienen el privilegio de conocer y ser un amigo.