En un discurso cargado de simbolismo histórico y fervor popular, el presidente colombiano, Gustavo Petro, propuso la creación de una confederación de naciones similar a la antigua Gran Colombia, siempre que el Senado convoque una consulta popular y el pueblo apruebe las preguntas formuladas.
La iniciativa fue presentada ante miles de trabajadores e indígenas reunidos en la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, en el marco de las celebraciones del Primero de Mayo.
Una invitación a la unión regional
Durante su intervención, Petro instó al Senado a convocar una consulta popular para someter a votación 12 preguntas relativas a la reforma laboral, propuesta que fue archivada en el tercer debate por la Comisión Séptima. “Señores trabajadores y trabajadoras de Colombia, si ganamos la consulta popular, si la consulta popular es una realidad, el presidente de Colombia le enviará una carta a gobernantes y opositores de la República del Ecuador, de la República Bolivariana de Venezuela y de la República de Panamá, pidiéndoles que construyamos y empecemos a ser constructores de la confederación de naciones, la Gran Colombia”, proclamó el mandatario.
La propuesta, que evoca los ideales de unidad y la historia compartida del Libertador Simón Bolívar, pretende superar las divisiones y guerras internas que han marcado la historia republicana del país. Al referirse a los “cien años de soledad”, Petro aludió a las constantes guerras y rupturas que han fracturado a Colombia, adoptando para ello el título de la emblemática novela de Gabriel García Márquez.
La simbología de Bolívar y la llamada al pueblo
Con gran emotividad, el presidente se apoyó en el legado del Libertador. “La espada de Bolívar nos comanda y nos guía en esta lucha por los derechos y la libertad del pueblo.
La espada nos guía y quiero, en su honor, entregársela al pueblo”, expresó Petro, haciendo un llamado a la unión y a la acción popular. La imagen de la espada y las constantes referencias a la figura de Bolívar pretendieron conectar a los asistentes con la herencia de independencia y con la aspiración de recrear, aunque en un contexto moderno, la integración que caracterizó al proyecto de la Gran Colombia, que existió entre 1819 y 1831 y que comprendía los territorios de lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá.
Un proyecto sin detalles concretos
Si bien el anuncio de la idea generó entusiasmo entre los presentes, el presidente no ofreció detalles precisos sobre cómo se estructuraría esta confederación. La propuesta de Petro se plantea como un llamado a la reflexión y a la solidaridad regional, en el que la aprobación de la consulta popular se postula como el primer paso para una mayor integración de países vecinos. “Solo así terminarán los cien años de soledad”, afirmó, sugiriendo que la unión podría ser la clave para superar las históricas divisiones políticas, étnicas y económicas en la región.
Reacciones y desafíos
La propuesta ha encendido el debate tanto en círculos políticos como en la sociedad civil, donde algunos ven en la iniciativa una forma de impulsarla integración y la cooperación regional, mientras que otros consideran que los desafíos políticos y estructurales para alcanzar dicha unión son inmensos. En medio de las manifestaciones del Día del Trabajo y con la presencia de diversos sectores sociales, la figura de Petro se erige de nuevo como un impulsor de ideas audaces, en un contexto donde las reformas laborales y los procesos de consulta popular marcan el rumbo de la agenda política en Colombia.
El discurso de este Primero de Mayo no solo destacó la urgencia de convocar una consulta popular para la reforma laboral, sino que también abrió la puerta a un ambicioso proyecto de integración regional. Al invocar el legado de Bolívar y la nostalgia por la unión de la Gran Colombia, Petro reafirma su compromiso con una transformación profunda en la vida política del país, que, según él, permitirá poner fin a las divisiones históricas y construir un futuro basado en la cooperación y la solidaridad entre naciones hermanas.
Con estas palabras, el presidente dejó claro que su propuesta va más allá de una mera alusión histórica: se trata de un reto para repensar el mapa geopolítico y la identidad del continente, en un momento en que los ciudadanos claman por cambios reales y por una mayor participación en las decisiones que rigen sus vidas.