El nuevo paquete afecta a más de 200 empresas y particulares vinculados al sector energético ruso, así como a más de 180 buques, lo que representa «un número sin precedentes».
Además, se emitió una resolución que permite a las autoridades estadounidenses imponer sanciones contra «cualquier persona que se determine que opera o ha operado en el sector energético» de Rusia.