El papa Francisco, que el domingo regresó a su residencia en el Vaticano tras más de cinco semanas hospitalizado, se recupera en la Casa de Santa Marta, la residencia donde vive. El pontífice, de 88 años, mantuvo en vilo al mundo por su grave estado de salud. Este martes, su médico de cabecera, Sergio Alfieri, reveló que hubo un momento en el que «se tuvo que decidir entre parar y dejarlo ir o probar con todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo un riesgo muy alto». Y admitió: «pensamos que no lo lograríamos».
«¡Gracias a todos!»: el papa Francisco fue dado de alta
Durante una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera, el doctor Alfieri, responsable del equipo médico del Papa en el hospital Gemelli, indicó que en ese momento «Francisco sabía que podía morir» y remarcó que «los que estaban a su alrededor tenían lágrimas en los ojos». Bergoglio, quien había sido internado el 14 de febrero por una doble neumonía que puso su vida en peligro dos veces, reconoció que su cuadro era «malo».