«La reforma agraria es una prioridad absoluta para este gobierno. Sabemos que la demanda es alta y el desafío es mayor», dijo Lula en un acto en el estado de Paraná.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, encabezó un acto de cesión de tierras a pequeños productores en el que valoró la importancia de la promoción de la agricultura familiar para el combate al hambre en el mundo. En la ceremonia, realizada en el sureño estado de Paraná, fueron entregadas unas 10.500 hectáreas a 450 familias de campesinos dedicadas a la pequeña agricultura y que hasta ahora no poseían sus propias tierras.
Una «democratización del campo»
«Cuanta más gente produzca en el campo, cuanto mejor se produzca, más gente podrá comer en este mundo, en el que más de 730 millones de personas no tienen acceso a una alimentación adecuada», declaró Lula, quien manifestó que «este es también un caso emblemático e innovador porque encontramos una solución que beneficia a todos a través de un proceso de conciliación».
«Cuando asumí el cargo, dije que para evitar conflictos y muertes en el campo, teníamos que mapear las tierras del país y crear asentamientos. Tomó mucho tiempo porque el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA) había sido desmantelado. Tuve que recuperar todo esto porque no gobernaban», dijo el presidente brasileño en la localidad de Ortigueira, en el sureño estado de Paraná.
Los agricultores beneficiados son parte del Movimiento Sin Tierra (MST), una organización de izquierda que desde hace décadas promueve lo que califica como «democratización del campo» y la producción sustentable de alimentos.
La producción media anual de fruta en el campamento Maila Sabrina es de 21 toneladas. En el asentamiento se producen 110 mil sacos de granos y cereales, además de toneladas de batatas, calabazas, y distintas verduras de hoja verde.